Recién llegado, el
misionero Larsen compartió con los misioneros trinitarios Charles y Clara
Berchtold, quienes al convencerse de la doctrina de la Unicidad de Dios,
conversaron con sus seguidores que habían sido bautizados en la trinidad, y
todos pidieron ser bautizados en el nombre de Jesús. Entre ellos se encontraba
Maruja Correa, quien era una destacada joven predicadora. En un solo día del
mes de junio de 1937, cincuenta y dos (52) colombianos fueron bautizados en el
nombre de Jesús por el hermano Charles Berchtold, en el río Servitá, mientras
el misionero Larsen observaba como testigo.
Los misioneros
Berchtold fueron los fundadores de la Iglesia de las Buenas Nuevas que es otra
de las agrupaciones pentecostales del nombre de Jesucristo más antiguas de
Colombia.
El misionero Larsen,
también compartió con la misionera Pearl Cooper. Ella apoyó en un principio a
los Berchtold y después apoyó el trabajo del hermano Larsen. Luego ella trabajó
por su cuenta en Bucaramanga, Cartagena y Luruaco. El hermano Larsen iba a
realizar bautismos cuando ella se lo pedía.
En septiembre de 1941
la Iglesia Pentecostal Incorporada de los Estados Unidos, envió al hermano
James Elmer Ball, quien junto con su esposa Grace Helen, realizaron un
fructífero trabajo de once años en la ciudad de Bucaramanga.
Posteriormente en el
año 1945 las Asambleas Pentecostales del Canadá se unieron con la Iglesia
Pentecostal Incorporada de Estados unidos, para formar la Iglesia Pentecostal
Unida Internacional, y esta nueva organización
contribuyó (y ha seguido contribuyendo) grandiosamente con el trabajo
misionero en Colombia.
Con dos lugares de
predicación ya establecidos en el país, a partir de mil novecientos cuarenta y
tres se inició una nueva etapa de la obra de Dios en Colombia. En ella llegaron
a reforzar el trabajo otros misioneros: Sanford William Jhonston, Berta
Carpentier, Bill Drost, la señorita Sallie Lemons, Rose Stevens, Eleanor
Gamblin, el hermano Thompson, y Lewis Morley. Este periodo de refuerzo y
consolidación del trabajo se dio hasta mil novecientos cuarenta y ocho cuando
se comienza la obra en el departamento del Valle del Cauca.
En el año 1953 fue
ordenado el primer colombiano al ministerio del pastorado: este fue Campo Elías
Bernal. Otros colombianos que fueron pilares en la expansión del evangelio durante
estos primeros años fueron Jorge Blanco, Domingo Zúñiga Cortés, Eliseo Duarte,
Cristóbal Opino, Portolatino Hernández, Jaime Barranco, José y Santiago
Hernández, Rafael Benavides, Reinaldo Celis, Alberto Clavijo, etc.
Durante esos primeros
años, estos predicadores experimentaron una creciente persecución, debido al
sectarismo religioso que experimentaba el país.
En ese tiempo no se
podía decir que uno era cristiano evangélico porque lo cogían la casa a piedra
o se la quemaban… se habían inventado esa canción que decía: no queremos
protestantes que nos vengan a Colombia a corromper. Nos insultaban, nos
escalabraban con piedras, nos pegaban, nos empujaban; mi mamá tenía que irse al
mercado, porque en las tiendas no nos vendían nada por ser “protestantes”; no
querían nada con nosotros. Entrevista a Aquiles Moreno y Doris Moreno, relatada
en el Libro Una Historia que no Termina. Hernández David, Forero Eduardo. Editorial
La Buena Semilla.
Para la década de los
50s, la obra del nombre en Colombia había tomado por lo menos tres vertientes:
• Una con los misioneros Berchtold a la
cabeza, sobre todo en el oriente del país, que sería la Iglesia de las Buenas
Nuevas.
• Dos, la que lideraba el hermano Larsen
junto con la ayuda de otros misioneros, que se conoció con el nombre de
'''Iglesia Evangélica Pentecostal''', y luego con el de la '''Iglesia
Pentecostal Unida de Colombia'''.
• Tres, la obra autónoma que dirigía la
hermana Pearl Cooper, pero que guardaba cierta relación con el hermano Larsen,
ya que él le bautizaba a los convertidos al evangelio.
Por los años 60´s los
oficiales de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional, propusieron a los
hermanos colombianos que fueran tomando paulatinamente la dirección de la
Iglesia Pentecostal unida de Colombia. Los misioneros quedarían como
consejeros, pero todos los cargos de dirección y administración quedarían en
manos de colombianos. Después de trabajar un poco de tiempo de esa manera, se
dio a finales de la década de los sesentas, una ruptura organizacional entre
las direcciones colombiana y norteamericana.
No obstante, una
minoría de creyentes colombianos, acostumbrados a la administración de la
Iglesia Pentecostal Unida Internacional,
prefirió continuar adheridos a ella. Y formaron la Iglesia Pentecostés Unida
Internacional de Colombia, que predica el mismo mensaje pentecostal del nombre
de Jesús. Es por eso que en el territorio colombiano, la Iglesia Pentecostal
Unida Internacional recibe el nombre de Iglesia Pentecostés Unida.
Gloria a Dios, que a pesar de las persecuciones y los ataques del enemigo, prevaleció la verdad del nombre de Jesús... porque no hay otro nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos!
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